jueves, 12 de octubre de 2017

LEL VOL2CAP1

VOLUMEN 2 CAPITULO 1
TIERRA DE LOS MITOS

Ghandilva, el Anciano del Poblado Baran tenía un dilema. El Poblado albergaba 55 hogares. En su tiempo, había sido una población tranquila en la provincia sureña del Reino de Rosenheim. Pero recientemente se había visto invadida por los hombres-lagarto. Los habitantes se habían dispersado, mientras que algunas de las mujeres habían sido capturadas.


- Me gustaría saber de dónde procede esta semilla – dijo Weed.


En los ojos de Ghandilva apareció un resquicio de esperanza.


- ¿Nos ayudará si le cuento lo que sé, señor?


- Por favor, no me insulte. Tanto si me lo cuenta como si no, pienso ayudar a su gente. Cuando alguien es prisionero de un malvado monstruo, ¿cómo puede otro humano dejarlo estar y seguir como si nada?


- ¡Oh! – Ghandilva estaba sobrecogido por la emoción. Mientras todo el mundo había ignorado sus ruegos de ayuda, de repente aparece un buen samaritano que ofrecía su espada para ir al rescate de su gente. Darius-nim rechazó mi petición… porque esta semilla era lo único que podía ofrecerle a cambio – dijo Ghandilva.


Confirmando que Darius ya se encontraba lo bastante lejos como para no oír lo que se estaba hablando, Weed dijo con mucho cuidado:


- ¿Quién puede decidir el valor de una buena acción? Es algo muy irresponsable.


- Aún quedan algunos hombres buenos en el mundo.


Los ojos de Weed se posaron de pasada en los cerrados puños del anciano.


- Por cierto, ¿qué es esa semilla?


- Oh, esto. Desconozco qué vida alberga.


- ¿Tampoco conocéis su procedencia?


- La semilla lleva generaciones en mi familia. Mis antepasados me dijeron que la guardase con gran atención, pues tenía un valor incalculable. Pero he jurado que se la entregaría a un gran guerrero a cambio de este favor.


Todo empezaba a encajar como un puzle. Pero aún era un riesgo de un 50-50.


¿Era la semilla que le podría mostrar a Weed el camino a la Ciudad del Cielo, o una simple semilla sin nombre ni interés?


Entre todas las profesiones disponibles estaban las de jardinero y granjero. Pero, sin que fuese ninguna sorpresa, era difícil encontrar a jugadores con una de ellas.


- ¿Rescataréis a mi gente, señor?


*Ding*

  • Calamidad en el Poblado Baran.
Baran era un poblado animado y tranquilo hasta que la Frontera Este cayó ante los monstruos. Cuando los hombres-lagarto les asaltaron, Ghandilva, el anciano no pudo salvar a su gente. Él escapó solo con los más jóvenes: Los adultos decidieron quedarse atrás para ganarles tiempo.
Los monstruos capturaron a los adultos y, en vez de matarlos, los esclavizaron en el fuerte del Valle Oeste.


Rescata a los padres de los niños. Con el paso del tiempo, los hombres-lagartos no dudarán en matar a los humanos uno tras otro.Nivel de DificultadDRecompensa


Semilla sin nombre.
Cautivos restantes55

Una misión con dificultad de nivel D. Era como la de la fuerza de asalto.


Weed tenía una misión de nivel A, que consistía en cumplir la última voluntad de Zahab, pero aún quedaba más allá de sus posibilidades. Pero, para su desconsuelo, ahí estaba, ocupando un espacio en su ventana de misiones.


Esta misión era mucho más difícil que cualquiera de las que Weed había hecho hasta entonces. Pero repaso una y otra vez la descripción de la misión, saltándose la parte del nivel de dificultad: “Padres en apuros”.


Los recuerdos de los padres de Weed se terminaban cuando él tenía 8 años. En esa época habían empezado las peores horas de su vida, cuando los prestamistas empezaron a acosarle.


Ese fue el único legado que me quedó.


Aun así, Weed echaba de menos a sus padres. Pagaría lo que fuese por traerles de vuelta a la vida si fuese posible.


Como el posible salvador estaba meditando profundamente, Ghandilva se preocupó, y preguntó:


- ¿Tal vez no le satisface la recompensa?


- …


- En cuanto el poblado esté restaurado, haremos lo posible por pagarle esta deuda con el tiempo.


- No, no. Está bien. Es más de lo que podría pedir. Terminaré la misión lo antes posible.

Has aceptado la misión.

- Gracias, señor. Los hombres-lagarto se dirigieron hacia el valle de la montaña que hay al oeste del poblado. Esperaré ansioso vuestras noticias.


Cuando Ghandilva se hubo ido, los compañeros de Weed se adelantaron.


- ¿Weed-nim, qué es lo que acaba de pasar?


- ¿Has aceptado la misión?


Pale y Surka le miraron desconcertados. Acababa de aceptar una nueva misión que le recompensaría con una miserable semilla.


- No hagan preguntas. Alcáncenlo y acepten la misma misión que yo – Weed era el líder no oficial del equipo.


Sus compañeros pensaron que debería haber alguna lógica tras la insistencia de Weed, por lo que se acercaron al anciano y le pidieron poder formar parte de la misión, lo que éste acepto de buen grado.


- Yo estoy con Weed-nim.


- Yo también quiero ofrecer la asistencia de mi arco a los habitantes del poblado.

Tu equipo ha aceptado la misión.

El resto de los miembros del equipo se unieron a la misión, pero aun preguntándose cuál sería la finalidad.


Pale sacudió la cabeza.


- No puedo entender porque dejarías la fuerza de asalto para coger en su lugar esta misión después de haber llegado hasta aquí.


- Si no me equivoco, se nos acaba de presentar una gran oportunidad. Y tanto si me equivoco o tengo razón, es mejor que enfrentarse a los hombres-lagarto junto a las tropas.


- ¿Qué quieres decir?


- Imagínate que luchamos contra los monstruos con la fuerza de asalto. Con nuestros niveles, no aspiraríamos a mucho en términos de XPs o fama.


Se mostraron de acuerdo con Weed. Sus niveles eran muy inferiores a los de Darius y su grupo. Originalmente habían estado interesados en las misiones de búsqueda y destrucción que tendrían lugar después de que las tropas hubiesen expulsado a los hombres-lagarto de la ciudad, por lo que la batalla a gran escala apenas tenía relevancia para ellos. Atrapados en medio de 200 jugadores con mayores niveles, el equipo de Weed era, en el mejor de los casos, un peso muerto.


- Tengo la sensación de que nos irá mejor con esta otra misión – siguió Weed.


- Pero el nivel de dificultad es D… ¿No te parece un poco demasiado difícil para nosotros cinco? – preguntó Surka.


- No te preocupes, tengo un plan – respondió él.


- Muy bien, Weed-nim, estamos contigo – dijo Pale, resolviendo la situación.


Weed había decidido aceptar la misión de Ghandilva, y con su equipo, separarse de los demás miembros de la tropa. Pronto dos hombres se acercaron a los desertores.


Eran Becker y Dale, decuriones del Ejército de Rosenheim.


- ¡Comandante! ¿A dónde van? – preguntó Dale.


- Vamos a ir a acabar con los hombres-lagartos – Weed respondió con honestidad – Mis compañeros y yo vamos a ir a liberar a los habitantes del poblado, padres y madres de los niños sin hogar, del fuerte de los hombres-lagarto.


- ¡Qué misión tan difícil! – Becker estaba sorprendido por la respuesta de Weed. Dale parecía no poder creérselo.


- ¿Los cinco solos penetraran en las profundidades de su fuerte? – Dale evaluó el equipo de Weed. Concluyó que él era más fuerte que cualquiera de ellos. Hinchando el pecho, ofreció sus servicios – Comandante, me gustaría asistirle en esta misión.


- Sí, Señor. Nuestro comandante nos permitirá unirnos a usted en cuanto sepa de sus heroicas intenciones – corroboró Becker.


La amistad que Weed había forjado con los soldados volvía a hacer acto de presencia,


Hay actos injustificables que los soldados rechazarían en cualquier situación, independientemente de su lealtad, como un pérfido motín o la masacre de habitantes inocentes. El Carisma y las buenas relaciones no podrían motivarles a menos que estuviesen respaldados por la fama del líder o una causa justa.


A los ojos de los decuriones, era considerado como un acto heroico el ofrecimiento de Weed de ir a rescatar a los habitantes. Y como era algo claramente asociado con el objetivo de la fuerza de asalto, creían justificada la intención de asistirle.


Tras un momento de silencio, Weed respondió:


- Estoy más que agradecido por oír sus palabras, pero no puedo aceptar su ofrecimiento. Han sido desplegados a recuperar el Poblado Baran bajo las órdenes de Darius-nim, ¿verdad?


- Pero…


- ¡Cuanta menos gente vaya en esta misión, mejor! A cambio les pido que lo hagan lo mejor posible en su misión. ¿Y si logramos traer de regreso a los padres, para descubrir que las familias no tienen un sitio donde vivir?


- Si, Comandante – Becker y Dale habían sido convencidos, y terminaron cediendo.


Los 200 soldados del Ejército de Rosenheim harían más fácil el rescate de los cautivos del fuerte de los hombres-lagarto, especialmente porque los decuriones habían servido bajo el mando de Weed.


La misión sería menos complicada de aceptar su oferta. Su alto Carisma podría convertirlos en una fuerza formidable.


Pero el lado negativo era que atraería la atención de Darius.


Que Weed y sus compañeros desertasen del grueso de 300 jugadores y 200 soldados de la fuerza de asalto pasaría desapercibido, pero si desaparecía un gran número de soldados, Darius se enteraría e intentaría buscar la causa.


Weed y su grupo fueron hacia la montaña al oeste del Poblado Baran que Ghandilva les había indicado.


La montaña tenía un aspecto tétrico.


Desde las cataratas se alzaba por el valle una niebla húmeda que creaba las mejores condiciones para los hombres-lagarto.


- Por lo que veo, su territorio debe estar por allí.


Pale el explorador había mejorado sus habilidades de observación y vista para optimizar los puntos positivos de su clase. Eran necesarios para los exploradores, que tenían que localizar a los enemigos a distancia, y para analizar los diferentes terrenos.


Se estaba concentrando en las habilidades pasivas de los exploradores, como Tiro Múltiple y Penetración. Era el conjunto de habilidades más popular hasta el 2º cambio de clase de la clase explorador.


Mientras, Weed, cuya clase era escultor, aventajaba a los otros en el Dominio de la Espada gracias a su Dominio de la Escultura y al Cuchillo de Tallar de Zahab.


- Sí, creo que los hombres-lagarto cruzaron la frontera este y acamparon aquí – corroboró Weed poco después, estudiando el terreno. El valle era más amplio de lo que se había esperado.


Avanzaban con miedo de que los hombres lagarto les sorprendiesen en cualquier parte del bosque.


Por fin dieron con unos guerreros lagarto. Los reptiles parecían unos lagartos gigantes sobre 2 patas con una piel verde resbaladiza. El nivel era, por lo menos, 60.


- Agh, que asco – comentó Romuna.


Weed tenía que darle la razón. Los monstruos en general eran asquerosos y desagradables.


Pero estaban lejos de asustarle.


Creo que usaré el mismo plan que con los goblins, decidió.


Aunque el nivel de estos monstruos era mayor que el de los goblins, estaban limitados al vivir en el campo, ya que en las mazmorras o de noche eran un 50% más fuertes. En definitiva, no eran más fuertes que los goblins.


Weed se equipó con la Buena espada de hierro, en vez de con el arco. Había estado tan ocupado cocinando y vendiendo estatuas, lejos del campo de batalla, que su cuerpo le pedía sangre.


Ahora puedo probar una de las nuevas técnicas. ¡Las Técnicas Imperiales de la Espada sin Forma!


Los 5 movimientos registrados en el libro eran:

  • Primera Forma

  • En un instante puedes golpear 3 veces consecutivas a tu enemigo. A medida que la habilidad mejora, aumenta el daño y el número de ataques.
Maná: 300

  • Segunda Forma

  • Puedes escabullirte tras el enemigo y darle una puñalada por la espalda.
Maná: 400

  • Tercera Forma

  • Puedes destruir el arma del rival, multiplicando por cinco temporalmente tu poder de ataque.
Maná: 600

  • Cuarta Forma

  • Apuntas a un punto débil del rival con un movimiento fluido.
Maná: 1000

  • Quinta Forma
Armonizas con tu espada.


Concentras tu maná y lo haces explotar en un punto fijo. El maná se reduce a 0, y si tienes menos de 2000, también gastas puntos de vidas para compensar.

El simple juego de pies era una habilidad activa de combate que permitía esquivar un ataque enemigo con 7 pasos ágiles.


Weed había dado un nombre diferente a cada una de las técnicas:


Triple, Puñalada, Rompe espadas, Baile de Espada y Espada Kaiser.


Su maná era de 940 puntos gracias a las tabletas del emperador. Podía usar Triple 3 veces, Puñalada 2 y Rompe-espadas solo una.


Los otros dos movimientos estaban descartados, ya que su maná era insuficiente. Podría activar Espada Kaiser sin maná, pero era demasiado arriesgado jugarse sus puntos de vida en un único ataque.


Nombró al juego de pies del libro “Los Siete Pasos Celestiales”. Solo esto ya costaba 100 PM. Por suerte, una vez activados duraban al menos un minuto.


A ver qué puedo hacer. No había luchado ni una vez desde que adquiriese el libro de técnicas del emperador.


- A plena luz del día no son tan fuertes como deberían – dijo Weed a sus compañeros en voz baja – en los pantanos tienen toda su fuerza, pero en el valle son mucho más débiles. Yo iré delante.


Los monstruos adaptados a climas secos, como los escorpiones venenosos y los gusanos de arena, tienen ventaja en el desierto.


Con su hábitat en los pantanos, los hombres lagartos estaban debilitados en campo abierto, como era el caso.


Aun así, sus compañeros estaban sorprendidos por la declaración de Weed.


Weed solo había sugerido que asaltasen el fuerte de los hombres-lagarto.


Le habían seguido hasta entonces, pero porque contaban con que tendría un plan para imponerse a los monstruos, que les superaban en número.


- Eh… un segundo. ¿De verdad podremos entrar en el fuerte? – preguntó Pale.


- Sí. ¿Por qué no?


- Pero… la dificultad es D… – insistió Pale.


- Con una dificultad D, habrá al menos ochocientos hombres-lagarto encampados, ¿no?


- Ochocientos más o menos – admitió Pale, cogido por sorpresa.


- Cuando aceptamos la misión estaba seguro de que ese era el caso. Pero no dejéis de contar aún con Darius. Él nos está ayudando.


- ¿Darius nos está ayudando?


Mientras Pale seguía sorprendido, Weed les pasó unos frascos a los demás.


- ¿Qué es esto? ¿Una poción? – preguntó Romuna.


- Es una bebida que destilé antes de salir de la Ciudadela. Compré frascos vacíos en una farmacia a muy buen precio – respondió Weed.


- Y por qué nos los das ahora… – dijo Surka.


- Bébetelo y lo verás.


Weed se bebió su frasco.


  • Has bebido: Brandy de la Vitalidad
  • Efectos
  • +100 PV
  • +10 Fue
  • +5 Agi
Disminuye el dolor al recibir una herida.


Los compañeros de Weed se quedaron de piedra una vez más tras beberse el contenido de sus frascos.


- No puedo creer que el brandy haya… – empezó a decir Irene.


Surka acababa de alcanzar la edad legal para beber alcohol, por lo que era particularmente susceptible a sus efectos. Pero atraída por el aroma del brandy, se lo bebió hasta la última gota, disfrutando su agradable dulzura.


- No se ha destilado lo suficiente, por lo que el efecto es limitado. Pero en el lado positivo, puedes beberlo en las comidas sin miedo a una resaca – explicó Weed.


Una vez se hubo terminado su bebida, Weed se dirigió hacia donde suponía que estarían los hombres-lagarto.

* * * * *

Darius se consideraba afortunado. Si no, no habría recibido una misión tan exclusiva como era esta fuerza de asalto: La fuerza de Asalto al Poblado Baran.


Podía elevar su reputación a nuevos niveles. Un alto nivel de fama estaba acompañado de múltiples beneficios, y las misiones no eran una excepción.


Podía reunirse con figuras distinguidas en posiciones clave con las que nunca hubiese podido hablar de otro modo, y adquirir fácilmente misiones de alto riesgo y alto beneficio.


Con 500 tropas bajo su mando, Darius ya se consideraba a si mismo algo así como un general del ejército.


La fuerza de asalto bajo su mando por fin llegó a las inmediaciones del Poblado Baran.


Las vallas de madera que habían sido desplegadas para repeler a los monstruos estaban derruidas, y las puertas de todas las casas rotas.


Las tropas observaron la situación desde una colina. No había ni un solo monstruo a la vista en el poblado, pero aún no podían relajarse.


Darius se volvió hacia uno de sus compañeros.


- Parros, ve a examinar la zona.


- Vale, espere aquí hasta mi regreso.


Parros era un ladrón. Con la Agilidad y las habilidades de observación elevadas al máximo, se infiltró ágilmente en el poblado.


Una hora después regresó, jadeando, e informó sobre el estado de la situación.


- ¡Hay cientos de hombres-lagarto escondidos! Están esperando a que nos aproximemos lo suficiente.


- Quieren presentar batalla – los ojos de Darius brillaban con frialdad. Obviamente, los hombres-lagarto, superando en número a sus tropas, querían provocar una lucha cuerpo a cuerpo. Por otro lado, a él no le desagradaba la idea.


En la confusión, él y los suyos, con los mayores niveles de la tropa, podían conseguir el mayor número de muertes, y así ganar aún más reconocimiento.


- Si es lo que buscan, se lo daremos… – se dijo – ¡Guerreros, cargad hacia el Poblado Baran!


Las tropas se abalanzaron hacia su objetivo. De pronto, los hombres-lagartos que habían estado ocultos en el interior de las moradas, salieron rugiendo.


- ¡Humanos!


Los hombres-lagartos, que eran básicamente reptiles con músculos, tenían un escudo en una mano, y blandían una espada con la otra.


La mayoría de los jugadores estaban sorprendidos. Darius no les había informado que habían estado esperando escondidos en el poblado.


Descabezando a un enemigo, Darius empezó a mascullar en voz baja.


- No necesito a los débiles. Solo quiero gente fuerte que me sea leal. ¿Por qué debería compartir experiencia y fama con esos debiluchos?


Darius había usado esa desconsiderada táctica a propósito, pese al riesgo de un gran número de bajas, solo porque le preocupaba que su parte de XPs y fama se redujeran si se distribuían equitativamente entre los 300 jugadores.


Los soldados del Ejército de Rosenheim seguían a Darius.


Su comandante era Sir Jovantes.


Cuando el caballero se dio cuenta de que estaban atrapados en una batalla, rodeados por hombres-lagarto que saltaban desde todas las direcciones, gritó:


- ¡Mantened la posición! ¡Formar círculos con escuadrones y contraatacad!


Los escuadrones de 10 soldados empezaron a formar vallas circulares humanas, la formación de combate característica del Ejército de Rosenheim. Los líderes de los escuadrones eran los decuriones, como Becker y Hosram.


- Pónganse en formación defensiva.


- ¡Formación defensiva!


Casi todos los decuriones que habían sido entrenados por Weed habían tomado la misma decisión. ¡Primero la defensa!


Solo Becker actuó de otro modo.


- ¡A por ellos!


Los soldados de Rosenheim en formaciones defensivas circulares distraían y atraían a los hombres-lagarto con una formación de panal.


Se burlaban del enemigo, que cargaba a ciegas en un laberinto con infinitos corredores.


Entrando y saliendo de los círculos defensivos, Becker y sus 10 hombres salían de la nada y destrozaban a los enemigos que se perdían en la formación.


* * * * *

Cuando Weed se aproximó a los hombres-lagarto, estos lanzaron sus habituales chillidos agresivos.


- ¡Humano!


- ¡Estúpidos humanos! ¡Habéis venido a morir!


Los 5 guerreros-lagarto cargaron hacia él, blandiendo sus espadas.


El nivel de los hombres-lagarto era bajo, pero lo compensaban con su número. Si Weed quedaba rodeado, tendría que enfrentarse con uno desde cada dirección, más uno extra.


Aun así, estaba tranquilo.


Había aumentado en 40 puntos su Fuerza, Agilidad y Vitalidad tras un mes en el Centro de Entrenamiento.


Así oído, parece algo simple de hacer. Y cualquiera se preguntaría por qué no lo hace todo el mundo, ya que al tener mejores atributos, es mucho más fácil cazar monstruos. Es entonces cuando la gente observa mejor lo que hay que hacer.


Lleva un mes.


Tienes que golpear un espantapájaros por todo un mes. ¿Cuánta gente puede soportar tanto aburrimiento y esfuerzo físico?


Si lo haces durante 20 horas diarias, al cabo del mes habrás completado unas 900 horas de ejercicio.


Tenías que repetir la misma acción a pesar del dolor, de sentir como tus músculos eran exprimidos. Ni siquiera los atletas profesionales llegaban a esos extremos.


Los atletas profesionales, en general, no se pasan más de 5 horas al día concentrados en el entrenamiento.


Lo que Weed había hecho en un mes equivalía al entrenamiento de 4 meses de un atleta profesional.


Desde otro punto de vista, era como si hubiese estado yendo a un gimnasio una hora al día durante dos años, sin faltar ni un solo día.


¿Quién más se sacrificaría hasta ese extremo por subir 40 puntos en 3 o 4 atributos?


Que Weed hubiese terminado el entrenamiento en un solo mes era un perfecto ejemplo de su perseverancia.


También iba a utilizar la técnica de ataque que aún no había probado. Lo cierto es que estaba bastante agradecido por la aparición de los hombres-lagarto.


Weed y Surka estaban en primera línea para enfrentarse a los monstruos.


Dado que en su equipo faltaba un guerrero o un caballero, ellos 2 tenían el puesto de primera línea en los combates cuerpo a cuerpo.


- Eh… Weed-nim… – empezó a decir Surka.


- ¿Sí? – respondió él.


- Si muero, por favor, sálvate – Surka sonaba muy pesimista al enfrentarse a 5 hombres-lagarto.


- No te preocupes, Surka-nim. Si alguno de nosotros cae, yo seré el primero. Atraeré su atención como siempre – dijo Weed con seguridad.


- Weed-nim, solo eres un escultor. Oh, por cierto, ¿cuál es tu nivel? –preguntó Surka.


- Sesenta y ocho – y en ese momento se lanzó a una apertura que había aparecido entre los hombres-lagarto.


- ¡Cuidado! – gritó Surka.


Su repentina acción había confundido a sus compañeros, pero él seguía manteniendo la calma.


- ¡Siete Pasos Celestiales! – gritó.


Activó con seguridad el juego de pies al que había puesto nombre, una habilidad con la que podía esquivar los ataques enemigos con 7 movimientos antinaturales e impredecibles.


Aunque había estado cargando de frente, de pronto desapareció cuando estaba justo delante de uno de los hombres-lagarto, apareciendo por su derecha un momento después.


- ¡Primera Forma, Triple! – gritó.


Weed se movió a un ritmo mareante y atacó con la espada. Tres siluetas alcanzaron la zona media, baja y alta del cuerpo del monstruo a la vez.


Los hombres-lagartos eran más fuertes que los goblins. Sus cuerpos tenían la flexibilidad y gran velocidad propia de los reptiles.


Aunque su Poder de Ataque no era nada del otro mundo, lo que era terrible era su piel verde. La gruesa piel tenía una defensa impresionante por sí misma, y además vestían una armadura que habrían saqueado de otras razas, con lo que eran difíciles de derrotar.


- ¡Ugh! – dañado por la habilidad ofensiva de Weed, el hombre-lagarto gimió por el intenso dolor. Había perdido el 80% de sus PV, quedando en un estado próximo a la muerte.


El consumo de maná de Tiro Poderoso, la habilidad de ataque por excelencia de los exploradores como Pale, consumía 25 puntos de maná por uso.


En comparación, las habilidades de Weed eran sumideros de maná.


Un solo ataque costaba 300 PM, aunque causaba un daño crítico.


Surka, justo a su lado, observaba cómo se desarrollaba la situación.


Había estado en unas cuantas batallas a su lado. Desde que había matado al lobo y salvado a sus compañeros desinteresadamente, había sido el líder del grupo. Pero la siguiente vez que se habían reunido, según sus propias palabras se había convertido en un escultor, y había empezado a cocinar.


Todo el asunto era lo bastante incomprensible de por sí, pero, al parecer, sus habilidades combativas no habían desaparecido.


No sé qué habilidad era esa, pero ha sido increíble, pensó.


Le había dado la impresión que los tres ataques de Triple habían atravesado al hombre-lagarto a la vez.


- ¡No pienso perder!


Surka golpeó al mismo hombre-lagarto al que había atacado Weed. De entrada quería acabar con uno de ellos.


El hombre-lagarto se había caído, aturdido por el efecto de Triple, por lo que no pudo evitar los puñetazos de Surka.


- ¡Yon-han-kwon!


Como el enemigo tenía más nivel que ella, Surka había empezado con su mejor habilidad ofensiva.


Apretando los puños, lanzó 5 puñetazos consecutivos.


Era una habilidad de combate básica (aunque muy popular) de los monjes. Su nivel de experiencia en la habilidad era un sorprendente 65%.


*PAMPAMPAM* El hombre-lagarto que había recibido los ataques en el pecho y el plexo solar desapareció en un destello gris.


- ¿Pero qué…? – Surka se quedó estupefacta, pese a encontrarse en medio de una fiera batalla – por muy aturdido que estuviese, ¿cómo es que ha muerto tan rápido?


Cuando un monstruo está en un estado aturdido, además de no poder moverse, recibe el doble de daño en cada ataque.


Aun así, a Surka le parecía cosa de trampa que un monstruo de nivel 60 hubiese caído tan fácilmente bajo sus puños.


Tampoco el resto de los hombres-lagarto estaban perdiendo el tiempo. En cuanto su compañero fue atacado, empezaron a rugir enfurecidos.


Cuatro hojas salieron disparadas hacia Weed casi a la vez, cortando cualquier posibilidad de esquivar todos los ataques.


Su cuerpo se meció como un junco al viento. Tres de las hojas apenas le rozaron la cabeza, la pierna y el hombro.


La última, que no pudo esquivar, le cortó en el costado, dejando una herida alargada, pero el daño había sido reducido a una tercera parte.

[-350 PV] Has perdido 350 Puntos de Salud

Una de las muchas penalizaciones de la clase escultor era que no podía vestir armaduras hechas de hierro.


El equipo defensivo hecho de materiales no metálicos era, por lo general, inútil en defensa a menos que estuviese hecho de materiales especiales o hubiese recibido un encantamiento permanente.


Dado que Weed llevaba una chaqueta de cuero básica que había comprado a precio de saldo en una tienda de segunda mano, un simple golpe podía ser mortal.


- ¡Técnica del Cuchillo de Tallar!


Su espada, envuelta en una luz blanca, volvió a dirigirse hacia uno de los hombres-lagarto.


Esta vez estaba apuntando al cuello.


*ZAS* Esta era otra de las habilidades características de Weed, ¡apuntar con precisión a las zonas vitales!

¡Golpe crítico!

Esa técnica ignoraba las defensas del enemigo, por lo que causaba un alto nivel de daños al hombre-lagarto.


El único inconveniente era que consumía una ingente cantidad de maná. De no haber sido así, la habría estado usando continuamente.


En ese momento llegó el hechizo de Romuna.


- ¡Ataque de fuego!


Un pilar de llamas se dividió en el aire en 4 bolas de fuego que alcanzaron a los hombres-lagarto.


El efecto secundario del hechizo era que hacía retroceder un momento al enemigo (nombre técnico “bashing”), dando a la gente del frente un tiempo necesario para recuperar el aliento.


- ¡Flecha de fuego! – Pale mantenía a raya a los hombres-lagarto con sus flechas. Éstas contenían el elemento fuego, que era fatal para los hombres-lagartos.


- ¡Mano sanadora! – Irene recuperó rápidamente la disminuida vida de Weed. A continuación lanzó una bendición – Que la protección sagrada de Freya envuelva a Weed y le refuerce contra el mal. ¡Bendición!


Las bendiciones sagradas reforzaban la Fuerza y la Defensa.


Había una amplia variedad de hechizos destinados a dar un aumento a los diversos atributos. Las artes vudú de los chamanes podían aumentar la velocidad, la Fuerza y la Agilidad temporalmente. El aura de un caballero sagrado sobre un equipo también estaba considerada como algo muy efectivo. Pero, en definitiva, eran los clérigos, o sus bendiciones, las que estaban consideradas como las mejores en el ámbito de los buff (Beneficios positivos).


Si luchabas un largo periodo de tiempo bajo los efectos de las bendiciones de un clérigo, llegará un momento en que, sin ellos, te sentirás incapaz de hacer nada.


Cuando Irene hubo terminado con su trabajo original, regañó a Weed con voz aguda:


- Weed-nim, esta vez has apurado demasiado.


Weed asintió en señal de disculpa. La verdad era que había luchado sin defenderse contra el hombre-lagarto para experimentar su fuerza.


Es más, había estado interesado por saber cuánto daño podía hacer la Técnica Imperial de la Espada Sin Forma.


El resultado había superado sus expectativas.


Todas y cada una de las habilidades que Weed conocía en ese momento exigían una cantidad de maná que no se podía permitir. No podía tener una lucha extendida porque su habilidad de combate consumía más maná del que podía mantener.


Pero las habilidades eran imponentes para una batalla corta. Le daban un gran poder de ataque, por lo menos hasta que se le acababa el maná.


Cuando la cantidad de maná disponible aumentase, gracias a las subidas de nivel, y el consumo de maná de las técnicas de espada disminuyese gracias a su mejora en el nivel del Dominio de la Espada, sería cuando las Técnicas Imperiales de la Espada sin Forma serían realmente útiles.


Pero a los ojos de sus compañeros, lo que había hecho era una locura.


No sabían que su nivel era 68, y tenían sus prejuicios contra las clases artesanales, pensando que serían más débiles que sus contrapartes.


La defensa de un escultor era, innegablemente, patética. De no ser por las clases lanza-hechizos, serían la clase más vulnerables de todas.


Pero Weed tenía el Cuchillo de Tallar de Zahab, y desde su conversión, el efecto de su Dominio de la Escultura se había adaptado a su inigualable Poder de Ataque.


Un frágil escultor.


Aunque el futuro seguía siendo incierto, Weed era por ahora capaz de hacer más daño que un buen guerrero de su mismo nivel.


Sonrió al sentir los buffs de Irene y ver que su Fuerza aumentaba en un 20%, y empezó a sentirse a gusto.

[-230 PV] Has perdido 230 Puntos de Salud

Weed dejó que el hombre-lagarto le golpease de nuevo. Gracias a la protección sagrada de Irene, el daño se había reducido considerablemente. Eso demostraba que su nivel en la habilidad había subido bastante desde su última cacería.


Eso es lo que más me gusta de jugar en equipo. Los clérigos eran respetados y valorados en todas partes por sus habilidades particulares. Independientemente de su nivel en las habilidades, cualquier equipo está más que dispuesto a invitarlos.


Irene, que había estado mejorando diligentemente su habilidad para compensar su bajo nivel, era el efectivo más necesario en cualquier cacería.


La habilidad Vendajes que Weed había aprendido solo podía ser usada entre combates, y era incomparable con la Mano Sanadora de los clérigos, que podía usarse en cualquier momento.


Pero, tras reñirle, Irene sonrió un poco:


- Pero es propio de ti, Weed.nim, cargar de cabeza contra los monstruos.


Weed nunca le daba la espalda a los monstruos que iban a por él… ¡Eran sus queridos XPs!


Salvo en el caso de los monstruos que con su nivel actual eran demasiado complicados, Weed disfrutaba lanzándose en medio de un grupo de enemigos y darse un baño de sangre.


Mientras movía brazos y piernas como loco, se sentía realmente libre. Ganaba XPs, subía de nivel, recogía objetos y mejoraba sus habilidades.


Cada paso era muy divertido, y el objetivo siempre se merecía hasta la última gota de sangre y sudor derramados.


Anteriormente, en el Continente de la Magia, e incluso ahora, Weed siempre había sido el primero en atacar a los monstruos en cuanto los veía.


- ¡Triple! ¡Puñalada!


En cuanto se regeneraba el suficiente maná, Weed activaba sus habilidades de combate. Su objetivo era mejorar su eficiencia con ellas.


De todos modos, el maná consumido se rellenaba automáticamente.

No has logrado activar la habilidad.

Como su nivel en muchas de las habilidades era prácticamente 0, a menudo fallaba al intentar activarlas. Y siempre quelas técnicas de combate fallaban, se quedaba aturdido un par de segundos.


Weed contaba con sus compañeros y siguió probando sus habilidades de combate. Le reconfortaba que hubiera alguien cuidándole las espaldas.


Sus imparables ataques acabaron con los hombres-lagartos en cuestión de momentos.


- …


Cuando la batalla hubo terminado, sus compañeros le miraron sorprendidos. Habían estado muy tensos al principio del enfrentamiento contra los 5 hombres-lagarto, pero al final todo había terminado incluso antes de que Pale o Surka hubiesen empezado a ponerse en serio.


- Weed-nim, esa habilidad…


- Es como si fuese trampa.


Pale y Surka empezaron a quejarse casi a la vez.


- Uh… bueno… – Weed intentó explicarse.


- Con todo lo que has subido de nivel, no nos necesitas – dijo Romuna.


- Eso no es cierto – se apresuró a negar Weed, sacudiendo la cabeza – me chupa al menos trescientos puntos de maná. Y eso es el más débil de los movimientos. Así que no puedo usarlo más de tres veces seguidas.


- ¿De verdad?


Weed esperó a que se asentase la idea.


- Yo solo tengo doscientos treinta puntos de maná. Así que no podría usarlo ni una vez. Weed-nim, ¿podrías decirnos cuanto maná tienes, que eres capaz de usarla tres veces? – preguntó Pale, desconfiado.


- Poco más de novecientos – respondió él.


- Oh, Dios mío – Pale estaba impactado.


Romuna la maga e Irene la clérigo tenían unos 500 PM, con lo que estaban por encima de la media, pero la increíble cantidad de maná que Weed aseguraba tener les había dejado boquiabiertos.


Weed les contó por encima lo que le había pasado. Su misión para convertirse en un Legendario Escultor de la Luz Lunar simplemente estaba más allá de cualquier experiencia normal.


Un jugador solía escoger su primera clase de media con nivel 5, y he aquí una persona que se había hecho escultor, ignorando todas las pre concepciones, cuando estaba al nivel 68 tras múltiples pruebas y dificultades.


Pale suspiró.


- No eres un simple escultor, sino un Escultor de la Luz Lunar. Una clase oculta. No sabía que fueses el famoso escultor de la ciudad.


- ¿Famoso? – se extrañó Weed.


- Habíamos oído que alguien estaba creando y vendiendo estatuas en el centro. Queríamos ir a comprar algunas, pero no teníamos suficiente dinero – explicó Irene.


Irene le miraba con ojos implorantes. Estaba muy claro lo que quería de él.


- No estaba intentando ocultarles nada de esto, pero cuando quieran les haré una estatua a cada uno.


- ¡Gracias, Weed-nim!


- Lo mismo digo.


- Si no te importa, a mí también me gustaría tener una – dijo Pale. Weed les prometió que haría una figura para cada uno.


- Ya hemos descansado bastante. Vamos a patear más traseros. Esta misión tiene un límite de tiempo, así que será mejor que la terminemos antes de que sea demasiado tarde.


- Tienes razón.


Weed siguió guiando a sus compañeros hacia todos los enemigos con los que se cruzaban. En la mayoría de los casos, Weed empezaba haciendo un ataque crítico al enemigo, y Pale y Surka continuaban a partir de ahí y acababan con él.


Romuna estaba encargada de acabar con 1 o 2 hombres-lagarto desde lejos si había más de los que podían manejar.


El resto eran eliminados por Weed y Surka mientras los demás compañeros descansaban para recuperar PMs.


Sus tácticas de combate coordinadas estaban muy practicadas.


Muchos zorros, lobos y osos habían caído, dejando detrás pieles y carnes, y ahora las víctimas eran los sorprendidos hombres-lagarto.


El ritmo era mucho más rápido que cuando Weed cazaba solo, y en contraste con los soldados de Rosenheim de la Operación de Limpieza en la Guarida de Litvart, Weed y sus compañeros estaban bien sincronizados en un equipo, lo que significaba que los XPs conseguidos eran acumulados y repartidos equitativamente entre todos.


Weed no tenía que darle el golpe final a un enemigo. De hecho, si se hubiese quedado tranquilo sin hacer nada, ya hubiese bastado para obtener una parte mínima de los XPs por una escasa contribución. Pero eso no iba con su personalidad.


- ¡Guau! Estos reptiles son más ricos de lo que parecían, ¿no? – exclamó Surka, al ver los objetos que soltaban los hombres-lagarto al morir.


El botín incluía un guantelete y un pectoral. Además, era la primera vez que daban con un accesorio.

  • Anillo de Maná
Equipado: [+3% Maná] Aumenta el maná máximo en un 3%

- ¿Quién se lo va a quedar?


Tras la pregunta de Surka, se miraron los unos a los otros, pero el anillo terminó en manos de Irene, ya que todos decidieron que las siguientes batallas serían más seguras cuanto más maná tuviese la clérigo para asistirles.


La regla para dividir el botín en el equipo era que quien se lo encontraba, se lo quedaba. Los objetos poco habituales podían cambiar de manos según la voluntad general, pero los objetos misceláneos que solían acabar en las tiendas eran para quien los cogiese.


Podía parecer una regla muy poco práctica, pero la encontraron aceptable dada la naturaleza de la misión y del equipo.

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